jueves, 13 de octubre de 2011

Y

Todo sería más fácil si nuestra vida empezara por la muerte. Poco a poco iríamos rejuveneciendo, no tendríamos problemas de comprar cremas porque las arrugas con el paso del tiempo, irían desapareciendo. Llegaría la adolescencia, la locura. Y terminaríamos siendo niños de dos años que van a la guardería y que solo saben pintar y jugar. Sería divertido saber que nuestro fin termina dentro de la barriga de nuestra madre y no en una tumba bajo tierra. Aunque prefiero que los cuentos no terminen a que acaben en un final feliz.





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