lunes, 5 de septiembre de 2011

Sigue soñando.

Hoy por hoy nos complicamos la vida pensando en encontrar un príncipe azul, nos imaginamos el típico cuenta de hadas, no? va la bruja nos envenena con una manzana y al tiempo aparece un príncipe que se ha pasado media vida luchando con dragones, va y de un espadazo mata a la bruja, viene nos besa y mágicamente despertamos de un profundo sueño, nos lleva en brazos a su enorme castillo y vivimos felices para siempre, vale. Y la hipoteca del castillo? el alimentar y cuidar a los hijos, digo yo que hay que tener hijos algún día! el mantener limpio el castillo, para eso hay que contratar a unas asistentas que limpien y hagan la comida, el chófer, quién conduce el coche de caballos? y ya que tenemos coche de caballos por narices hay que tener caballos, quién los limpia y los cuida? porque claro, tú eres una princesa y no puedes hacer nada salvo tocarte la barriga todo el día. Walt Disney fue un hombre que dedicó su vida a imaginar y a crear todo este tipo de cosas para que cuando fuésemos pequeños disfrutáramos y nos sintiéramos todas unas princesas con sus vestidos rosas, sus tacones, su corcel blanco y pim pam pum! pero lo que nadie advirtió es que esos cuentos en un momento dado nos afectarían, los príncipes azules no existen, las brujas si que existen pero son las típicas gilipollas que te hacen la vida imposible, la madrastra? hoy en día son todas unas personas estupendas y las hermanastras? más fácil me lo pones! que mejor que tener una hermanastra de tu edad para compartir la ropa y cotillear. Todos hemos pasado o pasaremos por lo mismo y querremos tener cosas que solo ocurren en la imaginación y que desgraciadamente nos hacen sentirnos infelices. Cuesta creer que haya alguien que te merezca.

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