Este año, he sido... bueno, esta vez seré sincera e intentaré no mentir ni un poquitín.
Este año he intentado portarme lo mejor que he podido, no digo que mis cabreos tontos y mis cabreos cabreos no hayan existido durante este pasado 2011, pero mirar ¡eso sí! no he suspendido ninguna, he estudiado bastante, he hecho y entregado todos los trabajos de clase y he intentado no faltar el respeto a ningún profesor. He hecho todo lo que me han pedido en casa, pero, casi siempre remugando, como es normal en mí. He hablado mal de las personas que me caían mal y he hablado bien de las que me caían bien, ¿lógico, no? Pues bien, continúo, como cualquier persona normal he cometido un trillón de errores pero a la misma vez me he dado cuenta de todos ellos (bueno de casi todos ellos) y he hecho lo que me correspondía, pedir perdón, etc... Este año no me voy a pasar pidiendo porque este año me he pedido... sí bueno un novio. Ya se que es difícil, por no decir increíblemente y verdaderamente imposible pero bueno, vosotros sois magos y supuestamente soléis traer todo lo que se os pide (incluido carbón, aunque no sea el regalo más común), no quiero un ken de la barbie, quiero un chico normal, que me diga te quiero constantemente, que se moleste en hacerme feliz, que venga corriendo por detrás de mí y me abrace con mucha fuerza, que me de besos a más no poder, que llore en mis momentos de pena, que sonría en mis momentos de felicidad, que no me falte nunca porque lo necesitaré siempre.
Quiero a ese chico imperfecto que no se acuerde nunca de nuestro aniversario, esos que cuando les preguntamos donde está nuestro regalo contestan: “Tú regalo está encargado en la tienda”, que sea algo que jamás pueda olvidar. Una persona en la que confiar, a la que poder mostrarle cosas, sentimientos, ilusiones que no se los habías mostrado a nadie antes. Alguien con quien compartir horas, días, semanas, meses... sin cansarte.
Se os agradece bastante.
Hasta el año que viene.
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